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miércoles, 7 de febrero de 2018

Superado el ecuador del EVS

Paso en Asturias la primera semana de Enero, paso el día de Reyes en Rañeces con mi familia paterna, y para evitar las nevadas en los puertos mis padres me bajan en coche hasta Madrid, parando en Burgos, hasta el aeropuerto. El lunes por la mañana llego a Kaposvár en tren, justo a tiempo para la reunión de las 3, nos ponen al día de las vacaciones hasta Julio.
Época de cerrar ciclos y centrarme en mi. Decido ir cada miércoles al instituto Munkácsy para participar en las clases de baile tradicional con los alumnos y para estar disponible si la profesora de español quiere que la acompañe en las clases. Continúan mis clases de club de español martes y miércoles con los niños. Dos de ellos no parecen tan interesados en aprender el idioma como en jugar entre ellos, pero aun así van mejorando. Tomo algún hábito diario nuevo, empiezo a estudiar alemán cada día y sigo mi progreso con una aplicación para el móvil, toco el ukelele al menos media hora al día y salgo a correr cuatro o cinco días por semana. Al final de enero me sé los acordes de Creep y Bella Ciao, corro 8 km y según Duolingo soy 45% fluente en alemán.
Este mes empecé a ir cada lunes a las 07:30 a.m. con el colegio Napsugar a la piscina del instituto Gyakorlo. Llevo a Peti del colegio al instituto, ponemos el bañador, espero mientras tiene su clase de natación y luego le cambio y llevo de vuelta al cole. Es mi momento más feliz de la semana. Peti es autista, tiene cinco años, no habla, es obediente y dulce. Ese rato en la piscina viendo a los niños nadar encuentro las emociones más intensas y puras.
Todo el grupo de voluntarios que llegó a principios de Diciembre venía de Turquía, se ocuparon de la guardería y de el colegio Durázcky, por lo que este mes no fui al colegio , ellos ya cubrían las plazas. De todos modos terminé el documento sobre Inteligencias Múltiples y ahora mismo los profesores del colegio tienen una encuesta que responder sobre las características de cada grupo con el que vamos a trabajar.
Los viernes siguen siendo el día de ir al Hogar de Mujeres, alternamos actividades creativas y educativas para los niños. Siempre que sea jugando le encanta aprender, son competitivos y muy curiosos. La semana pasada se aprendieron las banderas y nombres de cada país de la Unión Europea y el resto de la tarde corretearon con las banderas atadas al cuello como capas de súper héroes.
Etienne, Enrico y yo somos vegetarianos y no tomamos leche de vaca, se les ocurrió que podíamos dejar de comprar la leche vegetal, que es muy cara, y empezar a hacerla nosotros mismos. Un día por semana nos juntamos y hacemos nuestra propia leche de arroz o de avenar y después la repartimos.
Recibimos dos nuevas voluntarias en el piso, Aylin y Nazlin me hablan de imperio otomano y dan abrazos por las mañanas y las nuevas chicas me recuerdas a las hermanastras de la cenicienta. Me gusta el grupo de nuevos voluntarios turcos, Ömer y Aylin son adorables. Él es el compañero ideal para hacer ejercicio, quiere salir a correr en mis primeros días cuando todavía me ahogo después de media hora, me dejo convencer para ir a la cancha de tenis a pesar de no tener ni idea y no me arrepiento en absoluto. Tres tardes geniales pasamos allí, alguna solos y otras con Aylin y Enrico.

El 15 fue la fiesta de despedida de Yunus en Hangar, se va el alma del equipo. Admiré su paz interior y capacidad de asumir el cambio desde si mismo ante los inconvenientes. La vida volverá a juntar nuestros caminos, lo sé.
Continúan las clases semanales de húngaro, dios mio, porqué estoy tan perdida y cuándo me voy a centrar en estudiar este maldito idioma.
Ya estoy matriculada en la Escuela Oficial de Idiomas para hacer el examen de certificación de inglés en septiembre y un no hice mi planing de estudiar, tampoco encontré un máster en el que me quiera matricular. Algunos voluntarios están pensando en irse, y los que no parecen tener muy claro lo que va a ser de ellos en el futuro, y yo sigo sin cumplir ese propósito de año nuevo que me puse en 2017 de encontrar el camino que quiero seguir. De momento no sé a donde me va a llevar este pero tengo muy claro que quiero ver todo el recorrido.
El 17 tuve una visita muy guay! Marta, la voluntaria española que conocí en el training course de Budapest en Octubre vino a Kaposvár : ) en breve celebraremos su cumple, me prestó verla, está feliz y motivada.
Me encargan planear la fiesta de carnaval de la oficina que celebraremos en febrero, todo está listo, espero que los demás voluntarios colaboren cocinando algún postre típico de su país y que lo pasemos tan bien como en carnaval. Esta vez haremos alguna dinámica relacionada con teatro, es un tema que tengo muchas ganas de tocar porque creo que entre los voluntarios del equipo a hay mucho potencial en esa rama.
El finde del 20 Álvaro, Mert, Ettiene, Enrico y yo vamos dando un paseo hasta el lago Deseda, hace un día perfecto, soleado, despejado, el agua está en calma, el frio no nos impide comer en el merendero e imaginar cómo serán los veranos aquí, yo me visualizo leyendo en el prado, tomando el sol y pudiendo nadar en el lago. Pienso también en la posibilidad de comprar una bicicleta. Hay sitios muy chulos en los alrededores de la ciudad.

Tengo dos nuevas alumnas de español para el club de idiomas. Son madre e hija y tienen muy buenas vibraciones entre ellas. La madre es espontanea y despreocupada y la hija disciplinada. Cuando la una se ríe la otra suele resoplar. Al principio me pedían muchas normas de gramática de las que no estaba segura y iba un poco nerviosa a las clases. Ahora creo que ya han entendido que no soy profesora titulada de español y me exigen menos y lo pasamos mejor.
Nueva iniciativa! nos piden que programemos nuestro taller personal, después de varias vueltas al tema me decidí por adoptar el programa Tree Change Dolls, un taller de reformar muñecas de segunda mano, retirando todo el maquillaje y ropa súper sexualizada y convertirlas en personas naturales con las que las niñas de la siguiente generación puedan sentirse más identificadas sin recibir el estereotipo artificial y superficial que encontramos en muchos de los juguetes actuales. El taller será en varias sesiones, no solo se reformará físicamente a la muñeca, también coseremos ropa nueva y sobretodo hablaremos mucho de feminismo.
Del 25 al 29 me voy a Bélgica unos días, no importa dormir un par de noches en Budapest por el horario de los vuelos ni el transporte del aeropuerto a la ciudad, me siento como en casa, visito Gante y Brujas, pruebo el mejor gofre de mi vida, bebo cerveza de todos los colores, veo el Parlamento Europeo, como con Olaya y Jose en uno de esos edificios oficiales de la UE que tienen más controles para acceder que un aeropuerto. Hacía meses que no les veía, me siento feliz de verles felices. Me inspira lo claro que tienen sus planes de futuro y el perfecto balance que tienen entre lo ambicioso y lo realista.
Me sirve para reafirmar lo que lleva tiempo perfilándose como mi teoría sobre mis propias relaciones, cada vez toma más forma y pronto verá la luz como otro articulo de mi blog. En general no me arrepiento de haber ido, también a causa del horario de los vuelos tuve ocasión de pasear sola por la ciudad, de perderme y caminar y caminar y caminar. Las noches sola en Budapest las paso tomando mis demasiadas cañas gratis en el bar del hostal, leyendo La Tregua (una vez más Pablo dando en el clavo con sus recomendaciones).
Orgullosa de las noticias que llegan de mi familia, Lucía instalada en su nueva casa, mis padres al fin han hecho el deseado viaje a Londres, Ángel cada vez más trasto, más salvaje, un poco caprichoso.
Tres voluntarios deciden dejar Compass e irse a casa: Manon, Benjamin y Greta. Las aspiraciones de cada uno antes de venir no tienen nada que ver con las de los otros, eso es evidente. Todos sabíamos de los problemas de adaptación que algunos compañeros sufrían y decidimos hablarlo. Concluimos que había tres focos de incomodidad: el trabajo en la oficina, la convivencia en casa y la comunicación con la organización. Casi todo el equipo del proyecto Age of Hope nos reunimos fuera de la oficina para compartir nuestras emociones y pensamiento al respecto. Mi visión particular es que parte de esas diferentes expectativas de cada voluntario es consecuencia de la ambigüedad del proyecto para el que aplicamos. No obstante hay un desencanto general que se nota en el ambiente y que afecta a la convivencia en los pisos. También hay frustración y sensación de poca utilidad para la comunidad local, desde luego no todos nos hemos esforzado lo mismo en sentirnos realizados con nuestro trabajo. Hay un motivo común que dificulta la estancia aquí, y es la incesante llegada de grupos grandes de nuevos voluntarios para programas de corta duración, y que estos no tengan actividades suficientes para completar sus horas semanales, ni espacio en los pisos para estar a gusto.
La conclusión de nuestra reunión fue que quién tomaba la decisión de que llegaran tantos nuevos grupos era la presidencia del Compass, por tanto pedimos una reunión con la presidenta.
Objetivo: Entender el motivo de la llegada de grandes grupos de corta duración y que ella entendiera cómo afectaba eso al desempeño de nuestro trabajo y la convivencia en los pisos.
Resultado: ataques, no poder expresarnos, cuestionar nuestros motivos y cómo guinda de la reunión amenaza de cancelar el proyecto.

Medidas paliativas: Dividir los programas entre los coordinadores, ahora cada uno es responsable de cosas especificas, podemos tomar parte en el proceso de selección de a qué pisos irán los nuevos voluntarios, se pensara sobre la posibilidad de que podamos trabajar en casa algunas horas cuando la oficina esté muy llena, de pensar en actividades de team building para involucrar a los nuevos, hacer reuniones semanales con las coordinadoras, asignar a cada club de idiomas una mesa y lugar en la oficina y no poner más de dos/tres en cada sala.

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